José A. Benítez | La Sierra de Cádiz ofrece, ahí es nada, casi un centenar de rutas en las que sentirse en medio de una naturaleza viva; caminos sinuosos que enlazan pueblos blancos a través de vías legendarias y los picos más singulares que coronan el imponente paisaje.
Salvo espacios restringidos como el Pinsapar o los Llanos del Ravel, estas rutas se pueden practicar durante todo el año, no siendo el verano una excepción a pesar de las precauciones que siempre es preciso tener muy presentes ante el rigor estival.
Una de las rutas más bellas tiene carácter circular y discurre por el llamado Cerro Coros, junto al puerto de montaña de Las Palomas, que ofrece magníficas vistas al embalse Zahara-El Gastor. Con dificultad baja, y realizable en apenas hora y media, es ideal para su recorrido en familia.
Si tuviéramos poco tiempo y quisiéramos aprovechar el fresco de la mañana antes de que nos sorprenda la hora punta de calor, bien podríamos optar por la subida al Cerro Albarracín, en este caso un camino lineal de 2,2 kilómetros que podríamos recorrer en dos horas y media dado su importante desnivel. Partiendo de la localidad de El Bosque, es una agradable ruta y posiblemente entre las menos recurrentes dentro del Parque Natural, salvo para los amantes del parapente.
En tercer lugar, es aconsejable recorrer los 4,2 kilómetros de la ruta que enlaza Grazalema con la llamada cueva de Dos Puertas, que en apenas tres horas nos hará disfrutar de un paraje tan agreste como panorámico de la sierra de El Endrinal, del Peñón Grande y del mítico pico San Cristóbal. En el camino nos sorprenderá una construcción en ruinas que en su tiempo fue la ermita del Calvario, incendiada en los albores de la Guerra Civil española.
Tres propuestas, tres caminos, tres ‘escapadas’ para una mañana de verano con las que hacer algo distinto y, sin duda, saludable para el cuerpo y la mente.
La Sierra de Cádiz: el mar blanco
La comarca ofrece hasta tres playas de interior para disfrutar del baño, así como una incipiente oferta de deportes náuticos y una gastronomía cada vez más apreciada
Afortunadamente, el turismo se ha percatado de que los municipios de interior pueden ofrecer encantos de peso para permanecer en el territorio y, de paso, desmasificar las playas del litoral en pleno verano. La Sierra de Cádiz cambia el azul del mar por el intenso blanco de su paisaje urbano, aunque la comarca goza de láminas permanentes de agua que se antojan el particular mar serrano.
En ese regreso a lo natural ha tenido mucho que ver la apuesta de los pueblos por mejorar sus equipamientos y sus agendas culturales y festivas. Esta oferta no tendría sentido alguno si no convive con la naturaleza donde radican los principalísimos valores de la comarca, donde confluyen dos parques naturales –Sierra de Grazalema y Los Alcornocales–, varios parajes protegidos y un río –el Guadalete– que articula parte de esa oferta. Por tanto, bien merece la pena recomendar en primer lugar un paseo por el sendero del afluente del río, El Majaceite, entre las localidades de Benamahoma y El Bosque, aprovechando su agradable temperatura en pleno verano y, como novedad, la ampliación que estrenó hace unos meses y que aporta una nueva perspectiva de esta magnífica y fácil de recorrer ruta natural. Además, se trata de los pocos espacios abiertos al público en verano al no correr el riesgo de incendio de otros enclaves serranos.
Dado que el baño es la actividad veraniega por antonomasia, la Sierra cuenta con hasta tres playas de interior localizadas en los municipios de Zahara de la Sierra, Bornos y Arcos. En esta última localidad se puede disfrutar, además, de una amplísima nómina de deportes náuticos de la mano de las empresas turísticas que operan en la zona, así como alquilar embarcaciones para recorrer el lago con vistas a la ciudad monumental, al paraje natural de la Cola del Embalse y a las características zonas de cultivo que circundan el pantano. La ciudad, no obstante, está a la cabeza en buenos establecimientos públicos para agasajar al visitante con una deliciosa gastronomía y mejor atención.