El litporal gaditano goza de una relación íntima y única con todo lo que pasa del mar adentro. El milenario arte de la almadraba, usada para la pesca del atún rojo, ha determinado el devenir de muchos pueblos costeros gaditanos. Los atunes lo tienen claro. Se vienen al paraíso.
Te proponemos arrancar la ruta en el Centro de Interpretación del Mar, el Atún y las Almadrabas. Este pequeño museo gratuito está ubicado en La Chanca de Conil, edificio que durante cinco siglos fue el epicentro de la industria almadrabera. Durante la visita podrás profundizar en la historia y técnicas de pesca locales, las diversas especies que habitan en las costas gaditanas, así como las posibilidades gastronómicas y la industria alrededor de este manjar.
Para terminar la visita, nada mejor que un paseo por el centro de la localidad. Inspira profundamente y siente el olor a salitre en este pueblo eminentemente marinero con todo el embrujo de los pueblos blancos. Aquí parece que el tiempo se ha detenido y si incluso buscas más paz, la encontrarás en sus largas playas de arena dorada o en sus recóndidas calas vírgenes. Tú y el mar. Nada más.
El estrecho de Gibraltar, lleva la puerta desde el Mediterráneo desde el Atlántico, siempre tuvo una importancia estratégica clave. Este dominio fue disputado desde tiempos inmemoriales por diversas naciones euro- peas y también por los vecinos africanos.
Para tener constancia de la tensión que se generaba en estas latitudes, te invitamos a caminar hasta al faro del cabo Trafalgar, donde tuvo lugar la batalla naval más importante del siglo XIX. Ahí se enfrentaron una coalición hispano-francesa contra la armada británica, donde más de 60 navíos intercambiaron cañonazos. Teniendo en cuenta que en Londres hay una céntrica plaza que lleva por nombre Trafalgar, ¡ya te puedes imaginar quién venció esa contienda!
Un poco más al sur adéntrate en el parque natural de La Breña y Marismas de Barbate. Desde el puerto de esa localidad empieza el recorrido por este espacio protegido de bos- que de pino que se interrumpe abruptamente cuando encuentra un escarpado acantilado.
Llegó el momento de saborear el plato más exquisito de la zona: el atún rojo. Barbate tiene atunes hasta en su escudo municipal, de modo que aquí este es un asunto que se toma muy en serio. Da igual que sea ventresca, parpatana, lomo o tarantelo… cualquier parte es buena para llegar a otra dimensión.
Te proponemos disfrutar de los platos típicos, como el atún encebollado o el atún en adobo. En este lugar emblemático de La Janda este pescado es religión. Si ya has probado las versiones culinarias habituales del atún rojo, algunos restaurantes han creado recetas vanguardistas que sorprenden y al mismo tiempo preservan el delicioso sabor de la materia prima.
Ha sido un día intenso y, para terminar, te invitamos a enamorarte de Vejer de la Frontera. Este pueblo amurallado encaramado a un monte, está a solo 8 kilómetros de la costa pero esta distancia es más que suficiente para crear un ambiente totalmente distinto. Cuando el sol se ponga, con el frescor del relente, solo te queda celebrar con los tuyos que has llegado hasta aquí. Pon la guinda a un día perfecto, sentándote en cualquier terracita de la animada plaza de España para brindar con un buen vino local y comer unas tapas.