Pocas veces, un restaurante con tan poco tiempo abierto se convierte en un clásico. Y es que en apenas tres temporadas El Árbol Tapas ha conectado con un público de incondicionales que le han convertido en visita obligada de quienes llegan en cualquier época del año en Chiclana y deciden acercarse a La Barrosa.
Aunque a poco que indagamos, concluimos que su cocinero José Luis García tiene gran parte del éxito. Sus años y buen hacer renovador en el negocio familiar del restaurante El Duque de Medina Sidonia, un grande del sector hostelero en la provincia de toda la vida, le ha aportado la confianza para lanzarse a esta aventura en solitario junto a su esposa Mari Paz Flores.
La combinación de su propuesta gastronómica y la gestión de un servicio esmerado y efectivo ha calado entre su amplia y variada clientela. El local, presidido por un pino plantado en su terraza acristalada, que rezuma un ambiente a la vez acogedor e informal con mesas bajas y altas, complementa la original e innovadora experiencia.
Su carta, dominada por platos para com- partir en cualquier zona del local, determina el disfrute de ese festival de sabores al que hacemos referencia ideado para disfrutarlo con la mejor compañía. Y es que, por experiencia, una gran parte de las conversaciones de cuantos se reúnen alrededor de la mesa acaba girando en torno a las diferentes propuestas gastronómicas.
Su cocina, basada en la calidad del producto y en una visión evolucionada de los platos de siempre, combina tierra y mar en formato tapa que invita a la degustación.
El Bocata El Árbol (un croissant con foie asado, huevo frito, jamón ibérico y mayo de trufa) o un Sashimi de atún con jugo de chuleta de vaca trufada y yema de huevo cura- da, incluidos en su nueva carta dan buena cuenta de ello.
Mención aparte merecen el Atún lacado con jugo de rabo de toro y patata limón o la Ensaladilla de ortiguilla, un delicatessen que se incorporó el año pasado.
En cuanto a las tapas de carne, también hay novedades: la Carrillada de vaca al vino tinto dulce, puré de patatas machacadas y mantequilla de trufa o el Muslo de pato confitado y crema de mango. En platos para compartir, entran a formar parte de la carta un Carpaccio de vaca retinta sobre parpadun, queso, crema membrillo y encurtidos, un surtido de quesos payoyos y una Paleti- lla de cordero asada con patatas rustidas y reducción de pistacho. Y como postre, háganme caso, prueben el Dulce de Medina, sin desechar la torrija caramelizada con fresas asadas y helado de coco.