Cuando se piensa en una taberna marinera de las de antaño, viene a la cabeza un lugar lleno de encanto y carácter, donde se respira el espíritu del mar, empezando por un buen aparador con pescado fresco del día.
En el restaurante Bocinegro en Conil de la Frontera, han querido mantener esa esencia de producto del mar, conservando ese expositor diario directo de la lonja, pero buscando un ambiente y decoración moderna para lograr que el comensal se sienta como en casa. Pero estando en Conil, no podían dejar pasar esa maravillosa huerta de verduras y frutas llenas de sabor, incorporándolas en su carta.
La experimentada chef ejecutiva Rocío Fernández Moreno es quien se encarga de que todo este paraíso de sabores y productos de proximidad se traduzcan en unos platos apetecibles y de lo más sabrosos.
Rocío y su equipo apuestan por las elaboraciones en casa y respetar el producto con un punto de fusión, dando un giro así al plato con salsas y acabados diferentes.
Entre sus platos podemos destacar su «carne al toro» premiada en la ruta del atún de Conil: un plato donde juega con las salsas para que parezca lo que no es. El atún parece carne pero que si te concentras en tus papilas gustativas, la esencia de mar del atún está presente en todo el bocado.
Los platos son generosos, destacar su brocheta de merluza y gambón en tempura sobre cama de verdura, mayonesa asiática y lascas de mojama, así como el calamar relleno, mar y montaña, con puré de patata violeta. No te pierdas en la carta, la página solo dedicada al atún!
Es una experiencia callejear por las callejuelas blancas de Conil hasta llegar a Bocinegro, pero una vez allí, no dejes de visitar su azotea. También puedes comer y admirar esas preciosas vistas, que a media tarde se inunda cocktails y animación para pasar la tarde.